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Julien Blanchard es el arquitecto proyectista de esta maravillosa rehabilitación de una casa de más de un siglo de antigüedad. Se trata de una construcción de piedra y hormigón de dos plantas, un jardín delantero y una gran terraza. La reforma consistió en reforzar la antigua estructura, cambiar la fachada y mejorar los espacios interiores para ganar en confort. El resultado ha sido espectacular, con una imagen completamente renovada pero manteniendo la esencia, con interiores que están a caballo entre lo rústico y lo moderno. Para conocer más sobre este proyecto, no os perdáis las siguiente imágenes.
Os presentamos el diamante en bruto. Esta era la casa antes de proceder a la reforma. Esta construcción contaba con espacio y luz suficiente para poder hacer verdaderas maravillas. Había que saber sacarle todo el partido a estos espacios libres y a la gran cantidad de luz que choca en sus fachadas.
Los interiores contaban con muros de piedra los cuales necesitaban ser reforzados, pero que en muchos lugares se podían mantener. Así que los arquitectos optaron por dejar lo máximo posible y mezclar materiales, técnicas y estilos, para que la casa fuera mucho más rica y no perdiera su historia. Por eso vemos en la fotografía parte de la antigua piedra y un nuevo pilar en hormigón visto.
¡Y este ha sido el cambio! Aún manteniendo la distribución original de la construcción con dos plantas, el jardín y los mismos vanos de la fachada, la casa ha cambiado por completo y ahora rebosa vitalidad. Sobre todo gracias a esa celosía que oculta la planta superior que apenas ha sufrido modificaciones. El jardín ahora cuenta con una superficie de césped muy cuidada, una piscina y una plataforma de madera que sirve como solárium.
Si nos fijamos en los interiores vamos a comprobar lo que apuntábamos al principio: la casa busca siempre mantener parte de su pasado pero mezclado con el presente. Por eso los detalles rústicos, como la antigua piedra de las paredes, encaja con otros mucho más modernos y actuales como la lámpara y los sillones del salón.
Aunque la casa es una casa sencilla que apuesta por las texturas y los materiales naturales, no es raro encontrar piezas de diseño que buscan el contraste. Como la lámpara metálica en forma de espiral. La cocina, por el contrario, utiliza muebles de líneas rectas y se mueve entre el blanco y la madera, una constante en toda la casa.
Sin embargo, aunque los colores neutros son los predominantes en esta vivienda, también aparecen algunos toques de colores más vivos, como el verde pistacho presente en este volumen que se encuentra en una zona de circulación. Un volumen cúbico que no llega al techo, evitando perder la gran altura con la que cuenta la vivienda y dejando vistas las antiguas vigas de madera.
Aunque el dormitorio no sea excesivamente grande, se ha sabido aprovechar muy bien el espacio. La cama es una cama de madera, al igual que el pavimento, sencilla y ubicada en el centro de la habitación. Como cabecero se ha usado una estantería que sirve como almacenamiento pero también como separador. Al lado, el cuarto de baño se distingue del dormitorio por sus elegantes paredes negras.
Seguimos con la dinámica del uso del blanco en combinación con la madera. Pero en el cuarto de baño aparece un tercer color: el negro. Un color que aporta mucha elegancia sin perder la sencillez que caracteriza a esta casa.
Terminamos el libro de ideas con la imagen del dormitorio infantil, que puede ser una de las habitaciones más originales y creativas de la casa. Tanto por el pavimento de baldosas como por ese mueble cama en el que hay espacio para dormir, leer y para alojar un armario. Y además, este mueble, es móvil.
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