Reduce el consumo eléctrico: ahorro económico y de CO2

Cristina Jiménez Cristina Jiménez
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Controlar la factura de electricidad y el gasto eléctrico que hacemos en casa es una de las formas más sencillas de ahorrarnos un dinero al año. La luz se define como energía electromagnética radiante, una energía que es cuantificable y cuyo precio no deja de aumentar. Pocas cosas pueden transformar los espacios tanto como puede hacerlo la luz y, en los tiempos que corren, también tiene un gran poder para alterar nuestro presupuesto mensual. Nos referimos, claro está a la luz eléctrica. Por ello es muy importante potenciar la otra luz, la natural, y gestionar muy bien la luz artificial, cuyo consumo es el que se refleja en nuestra factura. 

No solo debemos tener en cuenta la iluminación, también debemos controlar los aparatos eléctricos que tenemos y cómo los utilizamos. Además, conviene revisar nuestros hábitos y costumbres para evitar determinadas conductas que incrementan el consumo eléctrico en nuestra casa. Recopilamos para ti algunas sencillas acciones diarias que ayudan no sólo a tu bolsillo, sino también al planeta.

Potencia contratada

Las facturas de la luz que nos envían las compañías eléctricas son cada vez más difíciles de entender para el común de los mortales. Muchas veces nos cuesta hasta saber la potencia que tenemos contratada. Averiguar este dato y valorar si es la que necesitamos para nuestro consumo eléctrico, es fundamental. Si estamos en condiciones de bajar la potencia contratada, nos ahorraremos muchos gastos fijos que son independientes del consumo eléctrico mensual, notándolo mes a mes en la factura.

Tipo de tarificación

Analizar nuestros hábitos y costumbres es importante para valorar el tipo de luz que necesitamos en el día a día, para estudiar cómo utilizamos la electricidad y, también, en qué horario. 

Actualmente se ha vuelto a recuperar la posibilidad de contratar una tarifa de discriminación horaria. Si apenas pasas tiempo en casa durante el día y es por la noche cuando realizas el mayor consumo de electricidad, cambiarte a la tarificación nocturna puede suponer un ahorro de hasta un 40% en tu factura.

Climatización

Climatizar el hogar con energía eléctrica es otra de las acciones a las que se destina buena parte del consumo eléctrico. No es el caso de todos los hogares, puesto que existen otras fuentes de energía que pueden utilizarse para conseguir la temperatura adecuada en casa, muchas de ellas más baratas y también más ecológicas. En todo caso, es importante controlar la temperatura de confort, tanto en verano (unos 24 grados), como invierno (unos 21 grados). Variar estas temperaturas recomendadas aumenta considerablemente el gasto energético y, en consecuencia, la contaminación atmosférica.

Soleamiento y ventilación

Evitar un uso excesivo del aire acondicionado nos permitirá reducir mucho la factura de la luz durante los meses de verano. Utilizar ventiladores de techo, que tienen mucho menor consumo, y realizar una ventilación adecuada abriendo puertas y ventanas para favorecer, si es posible, la ventilación cruzada, nos permitirá bajar unos grados la temperatura. Del mismo modo, utilizando adecuadamente toldos y persianas para impedir que el sol sobrecaliente la casa, nos evitará el problema de tener que consumir una fortuna en electricidad para refrigerarla.

Controlar la luz natural

La energía eléctrica que consumimos mensualmente va destinada, en buena parte, a la iluminación de nuestra casa. Para reducir este consumo debemos, por un lado, aprovechar al máximo la luz solar que entra a la vivienda y, por otro, planificar bien la iluminación artificial que vamos a instalar para sacarle el máximo rendimiento.

La luz natural debe ser utilizada no sólo como un medio de ahorro,  sino también como una forma de mejorar la salubridad o habitabilidad del espacio. Podemos aplicar sencillos trucos a la hora de decorar nuestra vivienda para que sea más luminosa; estética y eficiencia unidas para un interiorismo coherente y sostenible.

Iluminación artificial

Está demostrado que una buena luz influye en el bienestar de las personas y que los espacios resultan más productivos. Mes a mes comprobamos también cómo afecta la luz de la casa en el gasto de electricidad. 

Debemos pensar bien qué tipo de iluminación necesitamos para cada estancia de la casa, en función de sus características y del uso que le vayamos a dar. Conviene jerarquizar la iluminación utilizada, planteando una iluminación general suficiente, luces de ambiente tenues e iluminación de apoyo allá donde la necesitemos, para desarrollar tareas más de detalle. De este modo podremos encender las luces justas que necesitemos en cada momento.

Aparatos eléctricos

El uso que hagamos de los aparatos electrónicos también puede suponer un gran ahorro en la factura eléctrica.  El famoso 'stand by', por ejemplo, supone un gasto energético innecesario que repercute en la factura. Usar regletas, bien organizadas, para apagar totalmente varios aparatos a la vez es una medida sencilla y barata que podemos adoptar y que nos aportará un gran beneficio. Realizar un buen uso de la batería de aparatos con funcionamiento autónomo, hacer uso de modernas 'apps' que nos ayudan a controlar la electricidad consumida,… son otros recursos sencillos y baratos. Podemos llegar, incluso, a incluir sistemas domóticos que nos permiten  un control más exhaustivo de los consumos y una instalación más eficiente, aunque su instalación supone, ahora sí, un mayor desembolso económico.

Bombillas

Además de elegir con criterio los puntos de luz necesarios, la posición de éstos y el tipo de iluminación, será fundamental para ahorrar electricidad que elijamos lámparas eficientes, cuyo rendimiento sea el máximo posible. No hay reglas fijas para establecer los tipos de iluminación adecuados, dependen de cada situación, pero sí tenemos datos técnicos para medir el rendimiento de las bombillas utilizadas. Optar por bombillas LED o de bajo consumo puede reducir hasta en un 80% el consumo en electricidad de nuestro hogar. 

Electrodomésticos eficientes

Otra manera de reducir el consumo de electricidad y de comprometernos con el planeta es eligiendo  electrodomésticos eficientes. 

Debemos fijarnos en la etiqueta energética cuando vayamos a adquirir un electrodoméstico nuevo, pues en ella nos especificarán potencias, consumos eléctricos y emisiones de CO2. Tener bien organizados los enchufes de la cocina nos permitirá gestionar mejor el uso que hacemos de los electrodomésticos pues hemos de recordar la importancia de desenchufarlos cuando no están en uso, ya que algunos consumen electricidad incluso apagados (por contar con transformadores internos).

Ventanas adecuadas

En invierno, debemos ventilar la vivienda el tiempo imprescindible. También tenemos que tratar de aprovechar las horas de sol para calentar las habitaciones de la casa. El tipo de ventanas que tengamos colocadas repercute más de lo que imaginamos en la factura eléctrica. En ocasiones, nos puede compensar sustituir las viejas ventanas para mejorar su aislamiento térmico-acústico. Pese a no tratarse de una reforma barata, la inversión puede ser amortizada en pocos años, pues se ahorra buena parte de la energía que consumíamos (reduciendo, además, las emisiones de CO2 a la atmósfera) una vez colocados cerramientos que cumplan con los estándares técnicos de eficiencia y calidad.

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