Una casa bonita por fuera, ¡fantástica por dentro!

De entrada nos topamos con una fachada de corte clásico pero con elementos de modernidad pura: las columnas no son los anchos cilindros que esperaríamos de un estilo clásico, sino unas delgadas y estilizadas bases que sostienen y engalanan el pórtico de la entrada. Las ventanas, claras y transparentes, permiten que la luz interior se filtre hacia afuera, reflejando brillos sobre la hermosa y exuberante vegetación que habita el jardín. Un sendero rodeado de color nos encamina hasta la puerta… ¡bienvenidos!

Después de entrar a la casa, pasamos directamente al área social: un espacio amplio y luminoso es compartido por la estancia, el comedor, la cocina y un vestíbulo que nos lleva hacia la terraza posterior. Los colores de la casa van desde el blanco hasta un gris muy ligero, casi acuoso, los cuales permiten que los tonos cafés de la duela deslumbren con su belleza, mientras que algunos toques de azul en los sillones y los cuadros sobre las paredes sorprenden y dan más vida al lugar.

La cocina se distribuye a lo largo de la estancia compartida, lo que la hace adaptarse a las actividades del área sin comprometer el orden o la seguridad. Una larga barra de granito blanco con ligeras vetas oscuras divide virtualmente el espacio entre la preparación de los alimentos y el disfrute de los mismos. El estilo es indiscutiblemente minimalista: organizadores ocultos, superficies lisas, encimeras planas y sin tropiezos, electrodomésticos en acero inoxidable… Al fondo, el comedor de metal cromado y tapizado gris brillante cierra la estancia con broche de oro: elegancia y buen gusto que abren el apetito ¡con ganas!

Desde la cocina podemos dominar visualmente el área social, el vestíbulo, la sala y el comedor. En la pared principal, una serie de ventanas abren el panorama hacia el jardín posterior: una pequeña selva particular, un paraíso privado.

¿Hacia dónde daban las ventanas del área social, hacia dónde llevaba el vestíbulo? Sí, hacia esta deliciosa terraza rodeada de plantas, árboles y arbustos, una fresca piscina y una agradable terraza al fondo, en donde el baño y la regadera deslumbran con su luz redonda, como luna, sobre las amenas charlas.

Esta es la vista desde el pórtico hacia la calle… un hermoso camino de piedra pulida, escoltado por altas palmeras y plantas Ti en maravilloso color coral. Al fondo, una barda de arbustos gruesos mantiene el misterio de la casa ante el bullicio de la ciudad. Un respiro de paz y color, un oasis coralino y azul para vivir… ¡qué maravilla!

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