El poder del color: nociones para utilizarlo en nuestros ambientes

Lorena Gomez Lorena Gomez
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El color es clave en la decoración, entre otras cosas porque tiene la capacidad de alterar el modo en que percibimos el espacio y de incidir nada menos que en nuestro estado de ánimo. En este libro les contamos cómo.

Cuando decimos que el color tiene la capacidad de alterar el modo en que percibimos un espacio lo que sucede es que el color afecta las proporciones (alto, ancho, profundidad) aparentes del espacio; haciendo que lo percibamos con atributos diferentes a los reales. Saber cómo funcionan los colores en este sentido nos permitirá elegirlos y utilizarlos correctamente para trabajar sobre las dimensiones de nuestros ambientes: cómo hacer que el techo de una habitación parezca más bajo, o cómo lograr que un ambiente se vea más amplio, por ejemplo.

Además de influir en la percepción del espacio como acabamos de explicar, el color es un estímulo capaz de provocar diversas reacciones y alterar el estado de ánimo de las personas. Conocer esta faceta del comportamiento del color será de mucha utilidad para seleccionar colores en función del uso de cada ambiente de la casa y las carecterísticas y preferencias de sus habitantes.

Antes de empezar a desarrollar cómo funciona este lenguaje del color es imprescindible repasar algunas nociones básicas.

El círculo cromático

Primarios, secundarios y terciarios 

Tenemos los 3 colores primarios: amarillo, rojo y azul. Y los 3 colores secundarios que surgen de la mezcla de los primarios, así:

Naranja: amarillo + rojo. Violeta: rojo + azul. Verde: amarillo + azul.

Y los terciarios, que se obtienen de mezclar, en partes iguales, un color primario y uno secundario.

El resto, ya sea que surjan de combinaciones entre ellos o porque se combinen con negro o blanco, son considerados variaciones de estos doce colores básicos.

Fríos y cálidos

Los colores rojo y amarillo, y los que contienen esa mezcla en mayor proporción son considerados cálidos. El azul y los que contienen azul en mayor proporción son considerados fríos.

De los colores cálidos puede decirse que avanzan, son ruidosos, estimulantes, activos, alegres. Mientras que los fríos se retraen, son quietos, apacibles, tristes, tranquilos.

Con este repaso por demás simplificado exploremos, ahora sí, el poder del color en nuestros ambientes.

Azul

Es el color más frío. Por su cualidad sedante se lo recomienda para dormitorios. También es adecuado para espacios de recepción, por su carácter formal y equilibrado.

El abuso del azul, especialmente en tonos oscuros, puede generar un efecto demasiado sombrío.

Si buscamos sensación de amplitud para ambientes pequeños los azules muy claros son una elección acertada.

Amarillo

Es alegre, estimulante. El amarillo es el color asociado a la fuerza y la voluntad.

Es indicado para incrementar la luminosidad en ambientes con poca luz natural, por lo que resulta una excelente elección para pasillos oscuros.

En todas sus tonalidades el amarillo nos asegura calidez en cualquier ambiente.

Rojo

El rojo puro es vital, intenso, excitante. El rojo es sinónimo de pasión.

Puede resultar un tanto violento, por eso suele recomendarse un uso moderado. Sin embargo, sobran los ejemplos de ambientes muy bien logrados que se jugaron por el rojo.

Nos encantó esta cocina a cargo del estudio de arquitectura de Silvana Valeiro.

Verde

Al surgir de la combinación del azul y el amarillo, dos colores con características opuestas, el verde es un color equilibrado que expresa quietud y frescura. El verde está asociado a la esperanza y la armonía.

Puro e intenso es un color considerado un tanto difícil para usar en decoración. Es mucho más utilizado en tonos pastel, muy rebajado con blanco.

También dan muy buen resultado las variantes de verdes amarillentos; ante mayor presencia del color cálido en la mezcla (amarillo) estos verdes cobran vitalidad y luminosidad. Nos encantan los verdes alimonados para cocinas y comedores.

Naranja

El naranja es energía. Tan intenso y vital como el rojo, el naranja puro suele resultar muy estridente. Sin embargo, en una versión más apagada es un color que aporta mucha calidez y puede funcionar muy bien incluso en un dormitorio.

Violeta

El violeta es el color místico. Se lo asocia a lo religioso y propicia una atmósfera de silencio y misterio.  Representa la transmutación.

Los violetas oscuros y el púrpura, bien utilizados, aportan un toque de sofisticación a cualquier ambiente. Los lilas y lavandas son delicados y femeninos, ideales para ambientaciones románticas.

El universo del color es muy vasto y, más allá de las características inherentes a cada uno, hay aspectos decisivos en el manejo del color en la decoración que hay que conocer y aprender a dominar.

Uno de ellos es la combinación de los colores; para combinar colores se pueden seguir distintos criterios (contraste, armonía, etc.), siempre en función del efecto buscado. Si decimos que el color comunica, podemos afirmar que el modo en que combinamos los colores es lo que va estructurando el complejo lenguaje del color.

La iluminación es otro factor que afecta sensiblemente la percepción del color. Una mala iluminación es capaz de arruinar una excelente selección de colores. Por eso un buen diseño de iluminación va de la mano del buen manejo del color.

Profundizaremos en estos aspectos en futuros libros. Mientras tanto, los invitamos a seguir explorando en el uso del color en la decoración a través de este libro dedicado al gris:

Color en casa: 5 ambientes con paredes grises

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