Estufas de leña para calentar tu hogar

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Más que un elemento de calefacción dentro del hogar, es un llamador de rituales familiares, lectura de libros, descanso y ocio en general. Reuniones con amigos o en familia. Todo lo que se distribuya en torno a la estufa a leña, formará parte de un escenario de lo más místico dentro de la esencia de cada hogar.

Siempre dependerá de tus gustos para armar este tipo de ambientes y las sensaciones que quieras dar en tus invitados y en los integrantes del hogar, pero hay algo que es seguro: el hogar con estufa a leña siempre tiene un plus espacial que se diferencia del resto de los livings o ambientes calefaccionados de otra forma.

Tipos de estufas de leña

La más famosa de las chimeneas a leña es la de cámara abierta. A pesar de su encanto, donde podemos ver los leños arder sin ningún impedimento visual, el rendimiento es muy pobre. Esto se debe a que el tiro de la chimenea es excesivo: entra demasiado aire frío y los gases de la combustión se evacúan tan rápido que no da tiempo a que intercambien calor con la habitación. 

Otro tipo de chimenea es el de cámara cerrada. Con algo tan sencillo como controlar la cantidad de aire que entra en la cámara de combustión, se logra un aumento espectacular del rendimiento, que llega fácilmente al 60%. Al permanecer más tiempo los gases calientes dentro de la cámara se logra mayor temperatura, lo que contribuye a hacer mejor la combustión, y da tiempo a que se intercambie calor en la habitación. En los diseños más modernos es habitual alcanzar un rendimiento del 70%. Estéticamente se pierde la vista del fuego, que sólo se ve a través de un cristal que suele mancharse de hollín, o la puerta es metálica y directamente no se ve nada. En modelos más modernos, se utiliza una entrada secundaria de aire para evitar el hollín en el cristal y darle algo de encanto.

Por último, las chimeneas de doble cámara, las cual constan de un aporte extra de oxígeno caliente en los gases de la primera combustión, para lograr una combustión total de la leña. Esto se logra en una segunda cámara, por la que debe salir el humo, en la que se introduce aire limpio precalentado. Gracias a todo esto se logran rendimientos del 85% en las estufas de leña.

No hay que confundir la doble combustión con estufas que vienen equipadas con horno, aunque sea una segunda cámara, en el horno no se quema el combustible. Otras estufas y chimeneas tienen una entrada de aire secundario para mantener el cristal limpio.

La potencia

Cuando hablamos de potencia de una chimenea a leña tenemos que tener en cuenta dos cosas: el tamaño y la apertura.Con respecto al tamaño podemos decir algo obvio: a más grande más potencia tendrá, si solo consideramos este factora. Pero la realidad es que la apertura de la chimenea no es un dato menor.Como hemos visto, la salida de aire para el intercambio de oxigeno frío – caliente, es un dato fundamental porque de esto dependerá cuánto combustione y qué tan rápido nos proporcione calor.Daremos algunos números para generar una idea: una chimenea mediana tiene capacidad para quemar leña a una potencia de 14 kW, pero por el mal rendimiento, equivale aproximadamente a un calefactor de 2.800W. 

Por otro lado, la chimenea abierta tiene una potencia real de 3 kW, mientras que la estufa a leña de 6kW. Otro dato para considerar es que para un tipo de habitación más bien antigua (los techos más altos) hacen falta 100W por cada m². Por un espacio de 100m², por ejemplo, se necesitará una estufa con una potencia de 10kW. Mientras que para las habitaciones más modernos son suficientes 60W por m². Por ejemplo, para un espacio de 100m² será necesaria una estufa de 6kW de potencia. 

De cualquier forma, ante este tipo de dudas siempre es bueno consultar con profesionales que, además de asesorarnos sobre la seguridad, ventilación y consumo, podrán decirnos cómo cubrir mejor nuestras necesidades dependiendo de nuestro espacio para la fabricación de este tipo de estufas.

La forma

Las hay de todas las formas y, actualmente, están desarrollados modelos cada vez más modernos para combinar con todo tipo de hogar.Las más tradicionales son las típicas cabinas de hierro con doble puerta de cristal (o abierta, sin puertas), con forma ovalada o semi redondeada.

Pero al día de hoy hay tantas como nos imaginemos. Minimalistas con forma rectangular y simple. Otras más estilo country, construidas con barro o ladrillos; de distintos materiales como cemento, barro, hierro o cristal. Si bien es cierto que hay formas más efectivas que otras en cuanto a cubrir las expectativas de la esencia de la estufa a leña, también es cierto que los especialistas en sus diseños y construcción buscan mejorar cada error (combustión, ventilación, calefacción, etc) para que tengamos un amplio abanico de posibilidades para combinar con tantos estilos como necesitemos.

¿Qué tan frecuente usaremos?

Es normal pensar en su uso en la temporada más fría del año: otoño-invierno.Pero nunca descartemos que un día de primavera hagan temperaturas bajas y amerite a su uso. De cualquier forma también dependerá del clima donde esté ubicado nuestro hogar. En el sur tiene más uso que en el norte, y eso incluyendo una temporada común, como la ya nombrada otoño-invierno.

En medio de la temporada de invierno es muy común su uso a diario. De lo único que tenemos que asesorarnos es de tener la suficiente “munición” para alimentar a nuestra “criatura invernal”. La leña, como hemos visto, es más barata que cualquier otro tipo de combustible, pero no todo el mundo tiene lugar de almacenaje para poder cubrir las necesidades de este tipo de elemento proveedor de calor. 

Otra opción es encenderla una vez al día y luego mantener el calor con elementos eléctricos o estufas a gas. Así, el aroma a leña quedará en el ambiente, mientras que mantenemos el calor con otros métodos de mayor autonomía.

Ventilación

La ventilación para este tipo de estufas, por lo general es mediante la colocación de una salida de aire que, por lo general, se extiende hasta el techo de la vivienda. Es un tubo de hierro que conecta el artefacto principal (la cabina) con el la salida de aire más cercana (por lo general son reformas en las paredes o los techos, para darle salida al exterior).

Este sistema, al mismo tiempo, hace que el calor recorra todo el ambiente por medio del caño que se extiende hasta el cielorraso. Pero, hoy en día, existen otros métodos de ventilación, como la incorporación de artefactos a las cabinas para que haga circular el aire y combustionar mejor el sistema de calefacción a leña. Esta adición del sistema de ventilación podemos hacerla nosotros mismos (asesorados por un profesional), pero también contamos con la presencia de estufas a leña que vienen con las instalaciones hechas.

Si tenemos una buena ventilación, también tendremos una combustión sana y aprovecharemos mejor el calor, ahorrando dinero y consiguiendo los resultados que queremos: que el invierno sea ideal.

Calidad

Para determinar la calidad de una estufa de leña, podemos valernos de tres factores: materia prima, rendimiento y potencia. Para empezar con el matarial de construcción, vamos a limitarnos a las dos mejores: de hierro fundido o de acero. Las primeras son de un material resistente y por lo general pesan mucho; son más dificiles de instalar, pero tienen una inercia térmica excelente (es decir, la resistencia a los cambios de temperatura) y transmite el calor de forma homogénea. Por otro lado, las de acero son menos pesadas, por lo que suponen una instalación más simple. Este material es más barato que el hierro pero es menos eficiente a la hora de calentar una sala.

Si hablamos de rendimiento podemos decir que es la relación entre la energía producida por la estufa y la energía que se consume. En función del modelo de estufa el rendimiento varía entre el 50% y el 80%. Cuanto más rendimiento tenga, menos consumirá (lo que implica ser más económica y ecológica). Hay que saber que no existen estufas con el 100% de rendimiento, aunque es importante tener en cuenta el rendimiento de la estufa a la hora de elegirla. 

Por último, para escoger una estufa correctamente, debes saber que su potencia pues está directamente relacionada con la comodidad que ofrece su capacidad de calefacción, el consumo de combustible que produce y el mantenimiento que requiere. Ten en cuenta que las estufas más grandes y con más potencia no son eficaces para habitaciones poco o mal aisladas.

¿Dónde encontrar estufas de leña?

Por suerte, y a diferencia de otras épocas, hay tantas marcas que ofrecen sus productos de calidad, que el “dónde conseguirlas” no se convierte en un inconveniente.

Podemos encontrar estufas a leña tanto en mayoristas como en marcas independiente dedicadas a su creación. Ahora tú ya sabes valorar la calidad de las mismas, así que puedes enfrentarte a cualquier tipo de propuesta para finalmente diferenciar cuál será tu ideal.

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