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La residencia LLM, situada en una comunidad cerrada en la ciudad de São José dos Campos, São Paulo, en Brasil, es una peculiar, moderna y espectacular casa en medio de la selva. Construida en un terreno con una pendiente pronunciada y una fuerte presencia de vegetación nativa del valle de Paraíba, el proyecto buscó adaptar las condiciones que lo rodeaban, así que los arquitectos Juan Pablo Daolio y Thiago Duarte Navidad, del despacho Obra Arquitetos, organizaron el programa arquitectónico en dos volúmenes principales, que se apoyan en la pendiente del terreno y se integran de manera impresionante al paisaje natural del entorno.
El programa de necesidades de la casa LLM se distribuyó de la siguiente manera: los espacios sociales, estancia, comedor, cocina y área de trabajo se encuentran en el volumen frontal, situado en la parte más alta del terreno y con acceso directo al frente de la propiedad, mientras que los espacios de los dormitorios, áreas de juego y espacios privados están en el volumen trasero, situado en la parte baja del terreno. Esta disposición de los volúmenes logran que la casa de 1.200 m² se integre perfectamente al terreno natural, así como al entorno selvático.
El volumen frontal es visible desde el nivel de calle y cuenta con una estructura la cual, aparte de servir de soporte a la cubierta metálica, cuenta con una permeabilidad que permite ver a través de ella y contemplar la vegetación nativa del entorno. La casa cuenta con una estructura mixta entre vigas de acero y muros de contención a base de concreto armado.
En esta imagen podemos ver cómo el acceso principal a la residencia es a través de una plataforma suspendida que consta de estructura de acero, en la parte más alta de la tierra . El puente da acceso al volumen principal de la casa, el cual alberga los espacios de la estancia, sala, comedor y comida, con una oficina en el entrepiso.
Una de las directrices del proyecto era favorecer el contacto directo con la naturaleza que lo rodea , por lo que todos los espacios, sociales y privados , podrían aprovechar las vistas privilegiadas del entorno natural y también tener acceso a los jardines al aire libre . Los espacios que están alojados en el volumen en la parte superior de la propiedad, disfrutan una visión más amplia por encima de las copas de los árboles, hasta alcanzar el horizonte y una vista al mar, aprovechando al máximo la luz natural.
Los propietarios fueron muy específicos con sus necesidades. Una familia compuesta por una pareja con hijos adultos, querían una casa amplia y acogedora para recibir y convivir con sus seres queridos. Dada esta razón, los arquitectos diseñaron entornos que promueven la convivencia y el contacto social, y donde los grandes espacios se integran con los distintos niveles que conforman la residencia, en un espacio único y fluido.
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En la estancia podemos apreciar la integración de los espacios como una de las premisas de diseño. La unión de las dos habitaciones sin ninguna división entre ellas, doble altura y grandes ventanales que inundan de luz natural, resalta el carácter de grandeza y fuerza de la construcción compuesta por frontones de vigas de concreto armado y acero, que sirven de soporte para la cubierta.
El área de alberca y terraza están situadas en la parte posterior del volumen principal, que alberga los espacios sociales y de convivencia. La cubierta de madera se extiende sobre la terraza formada por la cubierta del segundo volumen, situada en la parte inferior del terreno.
La construcción de esta gran casa está a base de su estructura mixta, compuesta de muros y columnas de acero aparente. El contraste con el paisaje natural, que cuenta con una fuerte presencia de árboles nativos, se suaviza con la transparencia de los volúmenes que componen la residencia, formada por los grandes muros-cortina de vidrio, que sirven para aprovechar tanto la luz natural, así como la sombra que proporcionan los árboles.
Al descender la escalera que conduce al segundo volumen, se percibe un cambio en la forma en que la casa interactúa con el paisaje natural y sus alrededores. Una visual de la base de los árboles, protegida por sus grandes copas, crean un entorno más privado y acogedor en la parte más baja de la propiedad.
Las habitaciones se encuentran situadas en la parte más baja del terreno, bajo la protección de los árboles y como mencionamos anteriormente, esto crea un ambiente más privado e íntimo, protegido naturalmente del sol, sin sacrificar la iluminación natural que baña este espacio.
Al igual que con todos los ambientes del hogar, los baños de las recámaras ofrecen vistas privilegiadas del paisaje y una abundancia en luz natural. Superficies blancas y neutras no compiten con la naturaleza y la vegetación que rodea a la propiedad, al contrario, forman parte del entorno.
Tomando ventaja de los impresionantes paisajes de los alrededores y la fuerte presencia de la gran y variada vegetación del Valle de Paraíba, el proyecto priorizó develar vistas hacia el exterior, donde los árboles y plantas sirven como elementos decorativos. Una vez más, muros y techos en color blanco, junto con los pisos en madera, logran acentuar la presencia de la naturaleza en el exterior, brindando al mismo tiempo un ambiente más acogedor y hogareño.
En el nivel más bajo del terreno, se creó un jardín con un ambiente más privado, donde el contacto con la naturaleza se lleva a cabo a nivel del suelo. Un espejo de agua con cascada artificial, cuenta con una isla en el medio, la cual sirvió para preservar un árbol existente, sin necesidad de reubicarlo.
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